COVID-19 ha parado al mundo entero de manera abrupta, y a la vez ha creado uno de los retos más grandes jamás experimentados por la iglesia. Expresar el cuidado y velar el bienestar espiritual nunca ha sido más único y quizás más simplificado. Mientras corremos a ministrar en línea y la mayoría de nosotros tomamos un curso intensivo en la comunicación a través de la cámara, he llegado a la conclusión de que el ministerio del Espíritu, por el Espíritu nunca ha sido más necesario. Se nos han sido arrebatados todos los accesorios de un edificio físico, los programas, incluso la presencia personal. Al igual que un padre que ora por su universitario de primer año recién partido, que le vaya bien en la escuela y en su caminar con Dios, nosotros estamos enfrentándonos con la sensación profunda de que “esto realmente está fuera de mis manos.” Lo que ha surgido, sin embargo, es la realización de que esto siempre ha sido nuestra realidad.
Esta nueva realidad destaca lo que siempre ha sido cierto — que como pastores, solo tenemos una esperanza de ser verdaderamente efectivos — trabajar en el Espíritu, por el poder del Espíritu. Siempre hemos tenido tiempo muy limitado con nuestra congregación cada semana, y continuamente hemos tenido que soltarlos de nuevo a este mundo loco y retorcido que jala su carne y sus temores. La condición de nuestra congregación ha sido reducida al estado verdadero de su caminar con Dios y el estado verdadero de nuestro impacto en su crecimiento en Cristo. Al comienzo de su ministerio de Escuela Dominical en Chicago, D.L. Moody observó que él “tenía a los niños durante una hora de la semana mientras que el diablo los tenía todo el resto.”
“Pastorear desde lejos” nos ha dado un nuevo desafío, pero ha creado una nueva oportunidad como cuidadores del rebaño, para desarrollar nuestra profunda dependencia del Señor. El Salmo 34:5 declara, “Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro” (NTV). Nosotros los pastores podemos estar seguros de que ¡la gracia y el poder de Jesús nunca han estado más disponibles para nosotros y nuestra grey como en este momento! La fealdad del virus COVID-19 puede ser justo lo que se necesita para despertar la belleza y el poder del Cuerpo de Cristo. Siempre le he dicho a nuestra congregación, “Solamente el Señor puede tomar las peores cosas y convertirlas en cosas maravillosas.” Esto es lo que estoy creyendo para todo nuestro personal, nuestra grey, y Su iglesia en general.
Como líderes espirituales, tenemos que volver a depender del poder del Espíritu para nuestro ministerio entero. Mientras me he adaptado a liderar principalmente desde mi hogar, a través de video y las herramientas de comunicación tecnológicas, he sido llevado a tres enfoques centrales del ministerio para esta temporada.
Enfoque Uno: Pastorear en Oración
Hay una fe en la que necesitamos operar en este momento, la cual cree firmemente que el Señor está derramando lo que le estamos pidiendo para el rebaño. Mientras oramos por nuestra congregación, es como si estuviéramos vigilando sobre sus vidas. Nuestras oraciones son mayores que las circunstancias que están enfrentando y lo suficientemente fuertes para hacer retroceder su desánimo y preocupación. Hebreos 1:14 nos muestra que nuestra intercesión por sus vidas traerá el derramamiento de los recursos del Cielo sobre sus hogares — “¿No son todos los ángeles espíritus dedicados al servicio divino, enviados para ayudar a los que han de heredar la salvación?” (NVI).
La oración conecta al pastor con sus ovejas como una madre está conectada con sus hijos. Hay una sensibilidad e intuición dada por Dios que el Espíritu coloca en las madres, permitiéndoles percibir instintivamente los problemas o las necesidades. Yo sigo animando a nuestro personal y líderes a ser sensibles a las impresiones del Señor y a no descartar un pensamiento repentino o carga por alguien de la congregación. ¡Cuando el Espíritu lo indique, actúa!
Mi sugerencia es aprovechar lo que el Señor te había estado diciendo, para la iglesia, antes de la crisis del COVID-19. Ora por tu congregación como nunca antes; lucha en el espíritu para el cumplimiento de lo que ya ha sido revelado. Como iglesia, hemos estado en un camino de fe; un llamado a creer que Dios nos hará fructíferos en cada aspecto y circunstancia de nuestras vidas. Su palabra y promesa siguen en pie aun durante una temporada como ésta. El Salmo 1 dice que nuestra hoja no caerá en momentos como éstos. Aunque hemos sido despojados de lo que E.M. Bounds llama “las fuentes más bajas o las fuentes terrenales,” las fuentes celestiales están más que disponibles. Recuerde, somos distribuidores, no fabricantes. El ministerio siempre proviene del Señor, para el Señor. Él tiene revelación — ambas antigua y nueva — para usted y su congregación.
Enfoque Dos: Comunicar un Cuidado Profundo y Gran Fe en Cada Oportunidad
Dejar a la gente saber, a través de la unción de Dios, que son amados y no están solos, debe ser una de nuestras prioridades. Las palabras de amor son palabras de vida y necesitamos expresar nuestro amor por nuestra congregación. El Espíritu es capaz de ayudar a nuestros corazones llegar a sus hogares a través de la cámara. El distanciamiento social no significa distanciamiento emocional, y ciertamente no significa distanciamiento espiritual — y aquellos que están solos necesitan escuchar nuestros sentimientos por ellos. Aquí es donde utilizamos la tecnología disponible para mantenernos profundamente conectados. Nuestro equipo ha creado un horario de comunicación para asegurar que todos están siendo alcanzados y atendidos lo mejor posible. Es nuestro llamado y deber espiritual saber la condición de nuestro rebaño (Proverbios 27:23). El ministerio del Espíritu no es impedido por la distancia; de hecho, hemos descubierto que nuestro alcance ha incrementado por medio de las nuevas maneras en que estamos ministrando. Hablando en términos prácticos, si usted, como yo, no se siente seguro con el proceso de comunicación, busca inspiración y ejemplos de otras iglesias en el Cuerpo de Cristo para usar como guías de comunicación y tutores durante este tiempo.
A través de la comunicación constante, usted también puede activar el Sacerdocio del creyente en el cuerpo. La fe no se sienta ociosamente a preocuparse; la fe actúa. Podemos recordar a la grey que son los sacerdotes de sus hogares. Pueden guiar espiritualmente a sus familias a través de devocionales diarios y dar el ejemplo de cómo se mira la fe en tiempos difíciles. Pueden contactar a sus familiares, amigos, y vecinos y llegar a ser proveedores increíbles de amor y cuidado para los necesitados. Podemos inspirar a todos nuestros líderes y voluntarios a buscar maneras de cuidar al rebaño, asegurándonos de que ninguna oveja es arrebatada por el enemigo. Cuanto más llevamos a la grey a un lugar de fe y ministerio activo, menos caminarán en preocupación y temor.
Enfoque Tres: Poner el Ejemplo
Alguien me dijo una vez, “Cuando experimentas turbulencia en un avión, mantén tus ojos en los asistentes de vuelo…si ellos están bien, entonces tú también estás bien.” Pues, nosotros somos los asistentes de vuelo en este viaje, y nuestro ejemplo confortará a nuestra congregación en este camino agitado. A luz de esto, el equipo de liderazgo de nuestra iglesia ha decidido mantener las actividades a las que nuestra iglesia se ha acostumbrado, como nuestra reunión de oración los martes por la noche, pero transmitido de nuestro hogar. Nuestras células se están reuniendo en línea a través de las videollamadas, y mientras las facilitan nuestros líderes, están liderando de manera vibrante y gozosa — llenos del Amor de Dios. Levantamos nuestras manos y cantamos nuestras canciones de alabanza sin todo el apoyo que antes teníamos, pero con toda la pasión de nuestros corazones. Nuestro ministerio no tiene que ser perfecto sino sincero y auténtico. La gente no está buscando un espectáculo o entretenimiento; están buscando fortaleza y conexión.
A menudo, lo que se practica en nuestras reuniones colectivas sirve no solo como una oportunidad para que Dios se mueva en las vidas de las personas, sino también como un ejemplo de cómo la congregación puede crecer en sus vidas espirituales privadas. Las maneras en que adoramos, o la manera en que oramos, es la manera en que nuestra congregación orará en sus hogares. La Biblia dice, “De tal pueblo, tal sacerdote” (Hosea 4:9 NVI). Mientras el desafío de esta crisis es que la grey nos ve y observa menos, asegurémonos de que lo que ven de nosotros sea espiritual, impactante, y transferible a sus hogares. Por ejemplo, si no tienen una Reunión de Oración en su iglesia, ¡nunca ha habido una mejor oportunidad para comenzar una reunión de oración virtual que ahora mismo! Nuestro Ministerio de Intercesión, que típicamente consiste en 30-40 participantes los viernes por la noche, ahora ve 200 visitantes en línea durante su reunión semanal. ¡Qué bendición más maravillosa!
Nuestra congregación necesita ver nuestra fe y sentir nuestro descanso en el Señor. Mi madre solía decir, “A mal tiempo, ¡buena cara!” La mirada y expresión en nuestros rostros son expresiones tangibles de fe para nuestra grey en este tiempo.
El pastorear puede sentirse diferente a lo que estamos acostumbrados. Yo creo que está tomando lugar un reajuste importante para nosotros como ministros. Tal vez todos estamos siendo recordados de que nuestro ministerio se hace primeramente en el Espíritu y siempre por el Espíritu.