“…porque ustedes no han pasado antes por este camino.” Josué 3:4 (RVA-2015)
Sin temor a equivocarme, puedo asegurar que ninguno de nosotros ha transitado antes por este camino. Hace apenas unas pocas semanas, antes del COVID-19, tú y yo nos encontrábamos en un lugar diferente. Ahora, como Josué, estamos en un camino por el cual nunca habíamos recorrido. Sin embargo, creo que el alcance y la escala de oportunidades presentadas ante la Iglesia en este nuevo camino son infinitamente mayores que la crisis. La única cosa que esta crisis ha venido exponiendo es exactamente el tipo de liderazgo que proporcionamos a otros. Este nuevo camino requerirá que tú como líder conozcas tu lugar y ocupes tu espacio.
Conocer tu lugar significa conocer tu identidad como líder.
En tiempos difíciles e inciertos, sabemos que la gente busca y recurre al liderazgo. Acuden a sus gobiernos nacionales, estatales, y locales para los servicios esenciales, la seguridad personal, obtener justicia, y comunicación clara; recurren a sus instituciones de cuidado de salud para la intervención médica, la innovación, y el cuidado preventivo. Y que no te quepa ninguna duda que también recurren a su iglesia para obtener esperanza, propósito, y dirección — no solo para sus necesidades espirituales cotidianas, sino para conseguir sabiduría, fuerza, y aplicación práctica de su fe para los nuevos temores y momentos oscuros que se les van presentando.
Aún recuerdo cómo en mis días en la escuela secundaria, en mi clase de física, aprendí el “principio de exclusión de Pauli,” que explica cómo es que dos objetos no pueden ocupar el mismo espacio a un mismo tiempo. La implicación práctica e inversa es que cualquier espacio que tú y yo dejamos abierto, alguien o algo más lo llenará.
Cuando la iglesia y/o su liderazgo desaparecen, especialmente durante los tiempos de prueba e incertidumbre, alguien o alguna otra institución procurará tomar su lugar. Un caso pertinente sería el compartido recientemente por un miembro fiel de nuestra iglesia. Nos cuenta cómo un Testigo de Jehová, de acuerdo con sus prácticas religiosas de tocar de puerta en puerta, llegó a su casa con una carta escrita en la mano. Ella compartió cómo la carta la hizo sentir valorada y la conmovió el hecho de que alguien se preocupara lo suficiente como para tomarse el tiempo de dejarla saber que estaba allí para ella.
En esta crisis reciente del COVID-19, no nos debería de sorprender que hasta un miembro fiel y activo haya experimentado el vacío dejado por una iglesia que involuntariamente dio por hecho su lugar y falló en ocupar un espacio sagrado en su vida.
En las buenas, en las malas, en la riqueza, en la pobreza — como en un matrimonio — el liderazgo o resplandecerá con fuerza o terminará como una luz que solo parpadea débilmente. El liderazgo espiritual y Salomónico es lo que nuestros cónyuges, hijos, colegas, y miembros de la iglesia están esperando encontrar en este momento. El principio de que todo se levanta o se cae a causa del liderazgo nunca ha sido más cierto como en estos momentos. Si tú estás leyendo este artículo, entonces tú eres ese líder, y este es tu momento “de la verdad” — al igual que lo es para mí.
Ocupar tu espacio significa ejercer tu papel único.
Proverbios 25:11 (PDT) declara, “Decir la palabra adecuada en el momento preciso es como manzana de oro servida en bandeja de plata.” Todos venimos experimentando una sobrecarga de información últimamente. Ocupar tu espacio significa encontrar y usar tu voz. Nadie más posee tu posición única — nadie. Permíteme decirlo de nuevo y de otra manera: Para los que tú estás guiando, tu corazón expresado en palabras significará mucho más que cualquier noticiero. Así que, ¿cómo te estás comunicando en esta crisis?
Curiosamente, la palabra “crisis” tiene dos definiciones. La segunda definición es lo que yo esperaba que fuera la primera: catástrofe, calamidad, cataclismo, desastre, situación difícil, desorden, dilema, disyuntiva, contratiempo, etc. Sorprendentemente, la primera definición contiene las frases: punto crítico, punto decisivo, momento crucial, encrucijada, clímax, momento de la verdad, punto de no retorno, etc. En lo personal yo he decidido que como líder necesito ver los eventos actuales no como apocalípticos, sino como un momento crucial, crítico, y decisivo.
Es tu voz, opinión, y toque cariñoso que comunican volúmenes en los tiempos de crisis. Así que, aquí hay tres consejos para guiar tu liderazgo:
Informar: Provee a tu personal y miembros con la información que necesitan saber, entender, y posiblemente poner en práctica, dentro de tu contexto. Asegúrate que la información sea clara, concisa, y de contenido específico. Ayúdales a darle sentido a cualquier evento actual, apremiante y pertinente, cambios organizacionales, y estar al tanto de qué esperar en el futuro. Algunas recomendaciones prácticas y efectivas a considerar:
- Desarrolla un plan y estrategia de comunicación.
- Comunícate semanal o quincenalmente por medio de diferentes fuentes (email, texto, boletín informativo, plataformas en línea, etc.).
- Sé intencional, constante, y medido. Demasiada o demasiada poca información puede tener el efecto contrario a tus intenciones.
Instruir: Agrega a tu información, instrucción. ¿Qué deseas que haga la gente con la información que les estás proveyendo? Deja en claro cúal es el beneficio potencial y la oportunidad de crecimiento. Ayuda a las personas a identificar lo que es de suma importancia y qué hacer al respecto. Algunas recomendaciones prácticas y efectivas a considerar:
- La instrucción debe ser fácil de entender y seguir.
- La instrucción necesita ser apremiante.
- La instrucción debe incluir beneficios y resultados claros.
Inspirar: Los logros alcanzados dependen tanto de la inspiración como de tus dones y talentos. Los líderes efectivos recurren al genio creativo de Dios para inspirar a la gente a brindar y hacer su mejor esfuerzo para Dios y los demás. Algunas recomendaciones prácticas y efectivas a considerar:
- Aprovecha cada oportunidad para conectar la información e instrucción con la misión, visión, y los valores fundamentales de tu iglesia.
- Comparte historias con frecuencia, resaltando y reconociendo a las personas que fueron decisivas.
- Encuentra oportunidades para celebrar como iglesia.
Conclusión
Los líderes efectivos conocen y asumen su posición; caminan en su llamado ordenado por Dios, en el espíritu de humildad y excelencia. La verdad es que nadie puede usurpar tu lugar, caminar en tus zapatos, o transitar tu carril, a menos que tú mismo lo cedas a alguien más. La realidad es que Dios ha diseñado un lugar y espacio único para tu vida que nadie jamás pudiera co-ocupar o llenar. De la misma manera como nadie más puede ser el padre de tus hijos, nadie más puede ser ese líder que toma tu lugar y ocupa el espacio que Dios te ha ordenado. Conoce tu lugar y ocupa tu espacio sabiendo confiadamente que el Dios de Josué también te ayudará a tí, ya que tú no has “pasado antes por este camino.”
En estos tiempos sin precedentes, abundan las oportunidades sin precedentes y nunca antes exploradas. Pero la oportunidad solamente es óptima y poderosa si somos capaces de verla, dispuestos a tomarla, ¡y comprometidos a moldearla! Continuemos dependiendo de Dios para Su sabiduría. Operemos en el espíritu de armonía, excelencia, y la edificación del Reino. Y, cuando hayamos salido victoriosos de este tiempo de prueba, ¡asegurémonos de darle la gloria a Dios!