Todo comenzó en 1031 Calle Dolores. Era 1965 en Bakersfield, California, y cinco familias de parejas jovenes sentados juntos en la concina de una casita de dos recamaras para aprender y hablar de varios temas como gramática y las escrituras.
Imagínese una casita de dos recamaras ¿que tan grande puede ser la cocina? dice el Hno. Ben Herrera riéndose. Si usted daba la vuelta, en un descuido, puede tumbar los platillos. El pastor y plantador de iglesias el Rev. Miguel Guajardo inicío la reunión con un pequeño grupo, de familias nuevas en la zona en búsqueda de compañerismo. Pero después de tan solo dos semanas, “ya no cabían,” dice el Hno. Herrera, pronto se movieron al garaje. Al plazo de tres semanas, el grupo vio que iban a necesitar algo más grande que la casita de 720 pies cuadrados para continuar. Al corto tiempo cada familia llego al servicio con un billete de $100.00 en mano. Con eso pudieron comprar una pequeña iglesia en 1100 Height y le llamaron El Buen Pastor.
“El Buen Pastor”
Por los siguientes 35 años, la iglesia se movió de un local a otro local, experimentando crecimiento y declinaciones en asistencia. Pero en el año 2000, la iglesia que estaba en proceso de construir un nuevo templo, se enfrentó con varias luchas, dejándola con poca esperanza de expansión. El Superintendente y el Presbítero Exejecutivo de ese tiempo y el pastor del pueblo de McFarland, viendo la necesidad de la iglesia, decidieron mandar a Rev. Saúl D. González, un pastor asociado y muy conocido evangelista, por un tiempo para avivar la iglesia.
El primer domingo que el pastor Saúl llego a El Buen Pastor, solo había 15 a 17 personas en la congregación. La iglesia había acumulado una deuda de miles de dólares durante el proceso de construcción que aun todavía no se había terminado y el edificio se veía incompleto y esquelético. Tenían un generador de gas en uno de los cuartos con la extensión eléctrica conectada a una guitarra y un micrófono en la plataforma. Podíamos oler el vapor de la gasolina por debajo de la puerta, dice él. Después de unos cuantos meses, el pastor Saúl llego temprano a la iglesia para orar antes de que comenzara el servicio como de costumbre. Arrodillado en el altar del santuario vacío, escucho al Señor hablar sobre el silencio. “Te he traído a esta casa de adoración para que te quedes y apacientes a mi pueblo.” En ese momento, el pastor Saúl llego a reconocer que El Señor mismo le había hablado, e inmediatamente le pidió a Dios sabiduría y dirección.
Una Puerta Cerrada
Dentro de unos cuantos años, El Buen Pastor había crecido exponencialmente, y tanto la deuda y la hipoteca de la iglesia se habían pagado en totalidad. Para el año 2005, habían acumulado un ahorro para dar un buen enganche o comprar un nuevo edificio, que para esta etapa era una necesidad apremiante considerando su crecimiento en asistencia. El pastor Saúl estaba celebrando dos servicios en un santuario que sentaba 240 personas, a la vez él y el liderazgo oraban y buscaban la mejor manera como iniciar un tercer servicio. “Verdaderamente necesitábamos que Dios nos abriera una puerta”, dice él.
Para acomodar a la congregación que desbordaba, El Buen Pastor realizaba servicios bautismales y en ocasiones servicios juntos en otra iglesia de las Asambleas de Dios con un edificio más grande. Los dos ministerios experimentaron una gran relación, por el cual el pastor Saúl se acercó al pastor y le propuso entrar bajo su liderazgo, con la esperanza de atender mejor las necesidades de ambas congregaciones. Después de determinar que la propuesta no fue correspondida en el afirmativo, ambas iglesias buscaron separarse para continuar desempeñando sus respectivas misiones.
Después de recibir la noticia, el pastor Saúl fue impresionado y retado por Dios de orar por la paz, salud y crecimiento a favor de la otra iglesia. El Señor le impulso a escribir una carta al pastor y a la meza directiva dándoles las gracias por su amabilidad y les informó que El Buen Pastor estaría orando por ellos y por un futuro próspero. A la vez el pastor Saúl le pidió a su meza directiva que se unieran con él, pidiendo que Dios ensanchare sus territorios y que prosperara a la iglesia hermana. Durante el tiempo de oración y espera, el pastor Saúl sintió la confianza de que El Plan de Dios, aun todavía estaba en moción. “Dios tiene algo más para nosotros,” el declara.
“Un Momento Seminal”
Mientras que el pastor Saúl y la iglesia esperaban en Dios por “algo más” sintieron dirección de parte de Dios para ampliar la visión que incluyera más allá de ministrar al pueblo de habla español, sino que también al pueblo de habla inglés. Sintieron que Dios quería que fueran un puente entre lenguajes, culturas y generaciones y que Dios en su Providencia los había posicionado en una manera única para ser una iglesia bilingüe, multicultural, y transgeneracional. En vista de esta nueva visión e iniciativa, El Buen Pastor también adopto un nuevo nombre y llego a ser Cornerstone Christian Community.
Unos cuantos meses después, el pastor Saúl y su esposa Linda, manejando por la ciudad de Bakersfield en búsqueda de una nueva iglesia para llamar su nuevo hogar, visitaron varias propiedades, pero encontraron muy poco potencial en cada una. Por fin decidieron pasar por la iglesia donde habían estado anteriormente. Sentados en el estacionamiento vieron hacia el santuario que anhelaban llamar de ellos. “Cariño” le dice el pastor Saúl a su esposa, “ven, vamos a orar por esta iglesia”. Con sus manos y sus rostros inclinados, le pidieron a Dios su bendición sobre el pastor y la congregación con crecimiento y prosperidad. Pastor Saúl una vez más miro hacia el santuario y dijo “Un día, si somos fieles a Dios, en tres, cinco, o siete años de hoy”, dijo él, “Dios nos bendecirá con una propiedad como esta.” Manejando rumbo a casa, los dos sintieron que “una paz extraña” vino sobre ellos.
Al síguete día a las 9 de la mañana, el pastor Saúl recibió una llamada del pastor local y le compartió que su iglesia estaba lista para una transición. Querían comenzar una nueva obra y querían vender la iglesia y la meza directiva decidió darle a El Buen Pastor la primera oportunidad de presentar una oferta”. “Dios hablo a la meza directiva colectivamente”, dice el pastor Saúl. Se acordaron de la carta que él les había mandado. El pastor Saúl hizo reflexión sobre del reto y la prueba que sintió del Señor instruyéndole que les escribiera una carta. A esto él le llama “un momento seminal”. “Ese es el momento donde Dios ve y determina si estamos listos para una bendición más grande”, dice él. “Yo pienso que muchos perdemos de las bendiciones de Dios porque tomamos el rechazo en una manera equivocada”.
Involucrados en la Comunidad
Cornerstone se mantiene atenta a la dirección de Dios. El pastor Saúl reconoce que para mantener la congregación saludable y creciendo, es necesario extenderse aún más allá de la predicación. “Cada iglesia tiene la responsabilidad de la mayordomía de vidas y almas…pero también la administración y mayordomía de ingresos y recursos,” dice él. Así es que cuando el pastor Saúl y la meza directiva de Cornerstone estaban desarrollando un plan y meta de pagar el edificio en cinco años, se comunicó con Church Extension Plan (CEP) para apoyo. “El espíritu en el cual CEP trabaja es lo más cerca que conozco yo a un verdadero compañero en el ministerio,” dice él. El pastor Saúl trabajo con el Rev. John Garcia y el Rev. Jeremy Stamback, no tan solo recibió apoyo y provisión financiera, sino que a la vez, animo espiritual. “Damos gracias a Dios por CEP”, dice él. “Nuestra relación con CEP es de una naturaleza y un compañerismo muy cercano. No es negocio. Es ministerio.”
Con el apoyo de CEP y la dirección divina del Señor, el pastor Saúl está confiado que los mejores días de Cornerstone están por delante. “Yo creo que Dios nos está empujando fuera de nuestra zona de confort,” dice él. “Nos estamos convirtiendo en una iglesia involucrada en la comunidad, y eso es lo que más me emociona.” En medio de la expansión constante y anticipación al futuro impacto, el Hno. Ben Herrera, recordando el pasado, y reflejando en las reuniones intimas en la cocinita en el 1965. “La historia de este grupito,” dice el, “no estaba planeado. Solo abrimos nuestro hogar para compañerismo, y Dios lo ha llevado más allá”, el hace una pausa para quitarse el nudo en su garganta y aprieta la mano de su esposa. “Todo lo que puedo decir es que nos fue un privilegio ser los portadores de la semilla que ha producido esta iglesia.”
Recibiendo la Semilla
As Cornerstone remains attentive to God’s leading, Pastor Saul recognizes that caring for his congregation must extend beyond preaching. “Every church has the responsibility of stewardship of lives and souls, but also stewardship of managing income and resources,” he says. So when Pastor Saul and the board at Cornerstone developed a goal to pay off the church in five years, he reached out to Church Extension Plan for support. “The spirit in which CEP works is the closest thing I know to a true partner in ministry,” he says. Pastor Saul worked with CEP’s Rev. John Garcia and Rev. Jeremy Stamback and received not only financial guidance, but spiritual encouragement as well. “We thank God for CEP,” he says. “Our relationship with CEP is a close partnership. It’s not business. It’s ministry.”
With CEP’s support and the Lord’s divine direction, Pastor Saul is confident that Cornerstone’s best days are yet to come. “I think God is pushing us out of our comfort zone,” he says. “We’re becoming a church that is very engaged in the community, and that’s what excites me the most.” In the midst of the church’s consistent expansion and anticipation for future impact, Ben Herrera remembers the past, reflecting on the intimate gathering in his kitchen back in 1965. “The story of this group,” he says, “it wasn’t planned at all. We opened our house for these fellowships, and God took them beyond that,” he pauses to swallow the knot in his throat and clutches his wife’s hand. “All I can say is it was our privilege to be the ones that welcomed the seed that produced this church.”